Ponértela fácil: la clave para empezar a moverte sin esfuerzo

Hoy vengo con un consejo estúpido, pero útil: Ponte las pesas al lado de tu oficina. Si tienes que pasar por cinco tareas antes de conseguir el objetivo, no lo harás. Pero si lo tienes al alcance de la mano, casi sin pensarlo, sí. Imagínate este caso: levantarte a las 6 de la mañana o justo después de tu jornada laboral para ir al gimnasio, cambiarte la ropa, desplazarte al sitio que no está a 5 minutos de tu casa para recién entonces empezar a hacer ejercicio... no me jodas. No lo haces. ¿Por qué? Porque es mucho. Te estás jugando en contra. Pero la verdad es que no necesitas todo eso. Bórrate esa creencia de mierda. Lo que de verdad necesitas es ponértela fácil. ¿Sabes qué hice yo? Puse mis pesas ajustables al lado de la silla donde trabajo. Nada de excusas. Termino mi jornada, estiro el brazo, agarro una pesa… y empiezo. No hay que pensarlo mucho, no hay que cambiarse de ropa, ni salir, ni lidiar con el tráfico, ni cruzarse media ciudad para entrenar 30 minutos. Y eso es lo que busco que hagas tú también: ayudarte a que te muevas sin complicarte la vida. No necesitas pagar un gimnasio. Necesitas que entrenar sea tan fácil como ir a buscar un vaso de agua.